Dr. Carlos Henríquez, nuevo microbiólogo marino CEAZA

Dr. Carlos Henríquez, nuevo microbiólogo marino CEAZA.

Entre los numerosos servicios ecosistémicos que provee el océano se cuenta la producción de más del 50% del oxígeno que respiramos. Además, por evaporación contribuye al ciclo del agua, recurso que en forma de precipitación irriga los continentes. También, aporta alimentos que consumen diversas especies de animales marinos y terrestres, incluidos los seres humanos.

En ese contexto, El Dr. Carlos Henríquez, nuevo microbiólogo marino costero del CEAZA, estudia la “fracción más pequeña del plancton” o “picoplancton”, de un tamaño menor que una partícula de polvo flotando en el aire. El investigador explica que estos pequeños organismos “son responsable de aproximadamente el 25% de la producción primaria del océano, es decir, el 25% del carbono y energía que ingresa a los ecosistemas, principalmente gracias a la fotosíntesis, y es una importante fuente de alimento para organismos marinos como los copépodos pequeños, crustáceos similares a un camarón. Así también son responsables de reciclar los nutrientes para que puedan ser reutilizados.

Contaminación y plancton

El investigador, Doctor en Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, señala que esa fracción del plancton se ve muy afectado por la contaminación del mar, debido a su pequeño tamaño. “Estos organismos tienen una alta relación superficie/volumen, por lo tanto, son más eficientes en el ingreso de cualquier contaminante, como por ejemplo, los desechos industriales, que finalmente son descargados al mar. Sin embargo, el efecto es diferencial y depende del tipo de organismo”, advierte. 

Según el Dr. Henríquez, la producción primaria se puede alterar, por el simple hecho de modificar la composición de la comunidad. Sin embargo, asevera que la magnitud del cambio se desconoce. Lo que sí sabemos, es que se proyecta un aumento en la abundancia y la distribución global del picoplancton. Lo cual sin duda generará cambios en la producción primaria del océano.

Por otro lado, plantea que existen pocos trabajos que aborden el efecto de la acidificación sobre el picoplancton, pero se estima que la respuesta es “taxón específica” y “localidad específica”, es decir, “ciertos grupos afectados en condiciones de alta concentración de CO2 en una localidad 1, no se verían afectados en una localidad 2”, ejemplifica el también integrante del Instituto Milenio de Oceanografía. 

Agrega que las bacterias que estudia pueden “colonizar” las superficies de microplásticos, junto con generar modificaciones en la composición de ese tipo de material. “Este ‘biofouling’ puede favorecer la acumulación y el hundimiento de estas partículas. Además, los microorganismos pueden alterar la composición de estos plásticos, lo que puede liberar compuestos potencialmente tóxicos”, afirma.

Para el científico es necesario seguir estudiando el efecto de los contaminantes tanto en el laboratorio, como en sitios impactados con el fin de poder predecir futuros escenarios y su efecto en las tramas tróficas marinas. 

El Dr. Henríquez, originario de La Serena, espera contribuir en el fortalecimiento del área de la biotecnología del CEAZA; particularmente en el área de la microbiología y el uso de herramientas de secuenciación masiva y citometría de flujo, así como también en las actividades de divulgación de la ciencia de la institución.