Con imágenes satelitales y análisis genético investigan sobre mortandades masivas de ballenas

Con estas herramientas, los científicos están conociendo más acerca de varamientos ocurridos en el sur de Chile, en lugares de difícil acceso que dificultan la investigación sobre estos fenómenos.

El varamiento masivo de más de un centenar de ballenas, ocurrido en el año 2015 en el Golfo de Penas, sigue generando interrogantes respecto a por qué y cómo sucedió este hecho. La lejanía y escasa accesibilidad de los sitios en que vararon estas ballenas ha hecho compleja la tarea de comprender uno de los varamientos más importantes de los que se tiene conocimiento en Chile.

En este contexto, el análisis de imágenes satelitales entrega una cobertura que sería difícil de lograr usando otros medios para monitorear un área geográfica, como por ejemplo, a través de botes, barcos, por tierra, drones o vuelos. 

El Dr. Carlos Olavarría, especialista en mamíferos marinos y coautor de un reciente estudio liderado por investigadores del British Antarctic Survey (BAS) explica que “se realizó una revisión del estado del arte de las capacidades de utilización de imágenes satelitales, y como caso de estudio usamos la mortandad de ballenas en el Golfo de Penas. Esperamos seguir monitoreando esta área ya que tenemos información sobre eventos recurrentes luego de la gran mortandad del 2015, por lo que es factible que podamos alertar sobre nuevos eventos usando esta técnica”.

El científico detalla que se analizó en este estudio la mortandad del año 2019, que involucró a 27 ballenas, y donde se logró acotar que este evento sucedió entre los últimos días de febrero y los primeros de marzo.

Este estudio además de contar con investigadores de BAS y CEAZA, incluyó científicos de Nueva Zelanda (Universidad de Massey), Sri Lanka (Oceanswell) y Australia (Universidad de Western Australia).

Genética

Para analizar desde otra óptica estos varamientos masivos, también se realizó un estudio que contempló el análisis genético de más de 100 muestras de hueso y tejido de las ballenas que murieron en el Golfo de Penas. “La data que se obtuvo del tejido fue el ADN, en particular el mitocondrial, usando técnicas similares a las forénsicas,  ya que se obtuvieron de restos de ballenas muertas hace varios meses atrás”, indica el Dr. Olavarría. 

“A partir de este análisis  logramos confirmar que el varamiento afectó sólo a una especie, la ballena sei. Esto lo confirmamos al comparar cada una de las secuencias de ADN mitocondrial de las muestras colectadas con una base de datos mundial que se guarda en la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda de todas las especies de cetáceos del mundo”, señala.

Este conocimiento abre una nueva interrogante: ¿Por qué esta mortandad sólo afectó a una sola especie? Esto, considerando  que en la misma área del Golfo de Penas se avistan otras especies de cetáceos, tales como ballenas francas, orcas, delfines chilenos y delfines australes.

Asimismo, el Dr. Olavarría destaca que este análisis genético “logró hacer por primera vez una comparación entre las distintas poblaciones de ballena sei y  se encontró que están separadas las del Hemisferio Sur, del Atlántico Norte y del Pacífico Norte entre cada una de ellas. Sin embargo, a pesar de esta separación bastante marcada, también hay indicios de intercambio muy bajo entre el Hemisferio Sur y el Atlántico Norte, lo que muestra que el supuesto que las ballenas sei no cruzan el ecuador hacia el otro hemisferio en pocas ocasiones no se cumple”.

Este estudio genético estuvo liderado por investigadores de IEB, Centro Eutropia y la Universidad de Chile, con colaboración de CEAZA, Oregon State University, Universidad Católica de Valparaíso y SERNAPESCA.