CEAZA lideró campaña oceanográfica que buscó proyectar el clima del futuro analizando la costa de la Región de Coquimbo

En la iniciativa participaron también grupos científicos de la Universidad Católica del Norte, Universidad de Concepción y la Universidad Católica del Maule, en el marco del Research Programm in Climate Action Planning (Planificación de la Acción Climática –CLAP-).

¿Qué características tendrá el mar de la Región de Coquimbo en el futuro? Esta y otras preguntas se hace la comunidad científica local y nacional, y por ello, se desarrolló una campaña oceanográfica en la costa y océano de la Región de Coquimbo, realizada en conjunto por el Centro Científico CEAZA, la Universidad Católica del Norte (UCN), el Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) de la Universidad de Concepción, y el Centro de Investigación en Estudios Avanzados (CIEAM) de la Universidad Católica del Maule.

La campaña oceanográfica se realizó en el marco de la iniciativa Research Program for Climate Action Planning (Planificación de la Acción Climática –CLAP-), trabajo multidisciplinario que está indagando en el área marina y terrestre a fin de proyectar un escenario, a escala local, de los impactos del cambio climático sobre diversos sectores de la sociedad y en el sistema socioecológico de la Región de Coquimbo.

El líder de esta iniciativa e investigador de CEAZA, Dr. Boris Dewitte, precisa que: “la idea es proporcionar una proyección al horizonte 2050 de la circulación oceánica y atmosférica a escala local en la región de Coquimbo, con el fin de desarrollar un modelo socioeconómico que nos permita adaptarnos a los cambios que vamos a experimentar. Por eso necesitamos datos observados de varios parámetros oceánicos para validar y afinar nuestros modelos”.

Planeador submarino

En esta campaña oceanográfica se utilizaron equipos de última generación, entre ellos, gliders o planeadores submarinos, y que en palabras de la investigadora de CEAZA, María Valladares: “existen 3 en Chile y 2 utilizamos nosotros con el fin de obtener datos oceanográficos que nos permitan conocer mejor cómo funciona la circulación oceánica frente a nuestra costa y así mejorar modelos y pronósticos estacionales y anuales de la zona”.

Sobre este vehículo submarino, con la configuración que tiene, es capaz de bajar hasta una profundidad máxima de mil metros. “Y lo configuramos para que durante la navegación registrara datos científicos, principalmente de CTD (temperatura, conductividad y presión); y también, tiene montados algunos sensores opcionales de clorofila y oxígeno disuelto”, explicó el Director del Centro de Instrumentación Oceanográfica (CIO) e investigador del IMO de la Universidad de Concepción, Nadín Ramírez.

Por su parte, el académico de la UCN e investigador asociado de CEAZA, Dr. Marcel Ramos, agregó que se utilizó instrumental de punta “y para ello hubo personas preparadas para pilotear estos equipos, manejar los diferentes instrumentos y realizar las mediciones para entender la dinámica y la respuesta del viento en la zona”.

Zona de mínimo oxígeno

Sobre las temáticas de investigación, el científico del IMO de la Universidad de Concepción, Dr. Oscar Pizarro, aclaró que se deseaba proyectar los cambios en el océano, “tanto a mediano plazo, es decir, asociado a los ciclos de El Niño y La Niña con la variabilidad interdecadal, como también, en el largo plazo. Si bien se investigan algunos aspectos del océano profundo a través del IMO, también ha sido un aspecto fundamental la zona de mínimo oxígeno, objetivo común del IMO y CEAZA”.

Al respecto, el investigador del CIEAM, Dr. Alexander Galán, comentó que se está caracterizando la columna de agua a través del gradiente de oxígeno, es decir, desde la superficie hasta la zona de mínimo oxígeno, “y en ese gradiente tomamos muestras para hacer la caracterización, principalmente química y biológica. Evaluamos tasas o procesos que ocurren en esos ambientes deficitarios de oxígeno que tienen un impacto grande en el sistema, porque por un lado sacan nutrientes importantes como el nitrógeno, y por otro lado, producen gases de efecto invernadero que tienen un impacto grande en el clima global”.

Rotor del viento

¿Y en qué lugar se desarrolló esta investigación? Según especificó el investigador del Departamento de Biología Marina de la Universidad Católica del Norte, Dr. Luis Bravo, se buscó estudiar los procesos que ocurren en el océano, principalmente al norte de Punta Lengua de Vaca (bahía de Tongoy), producto del rotor del viento.

El rotor del viento, explicó, se produce por un cambio horizontal hacia la costa del viento, “es decir, disminuye la magnitud del viento hacia la costa y esto produce un rotor que se manifiesta en la superficie del océano como un bombeo, es decir, succiona agua a la superficie y esta fluye hacia extremos opuestos, produciéndose un sistema de surgencia. Este proceso es importante porque va a fertilizar las capas superficiales con aguas ricas en nutrientes, que son frías, pero pobres en oxígeno, lo cual es relevante en el proceso de la productividad biológica marina”.

Revisa aquí las imágenes de esta Campaña oceanográfica: