Encuentran refugio de crianza  de ballena franca austral en la Patagonia chilena

Hasta el momento, científicos indican que Bahía San Quintín es el único lugar en Chile que es visitado regularmente por estos mamíferos marinos para parir y criar a sus ballenatos.

Desde el año 2017, un grupo de científicos ha estado atento a la llegada de ballenas francas australes a la bahía San Quintín ubicada en la región de Aysén. Podían estar ante un hecho fortuito o ¿tal vez se trataba del lugar elegido por estos gigantes del mar para parir a sus crías? 

“Teníamos antecedentes que en una bahía del Golfo de Penas se habían registrado varias hembras con crías de ballena franca austral durante el invierno, lo que comprobamos el año pasado y este año 2021 con la expedición que visitó el área recientemente”, indica el Dr. Carlos Olavarría, especialista en mamíferos marinos y director ejecutivo del Centro Científico CEAZA. 

“Cuando supimos de las ballenas con crías que se habían registrado el 2017 pensamos que calzaba muy bien con el momento del año y con las condiciones geográficas de las áreas de crianza de las otras poblaciones del mundo de esta especie. Por lo que decidimos que teníamos que seguir monitoreando ese sector”, destacó Olavarría.

De acuerdo al científico, lo que hace importante este encuentro es que “es el único lugar que conocemos en Chile donde tenemos evidencia de ser una zona regular de crianza de ballenas francas australes, a diferencia de otros lugares donde esporádicamente se registran hembras con crías en nuestra costa”.

Cabe destacar que la identificación de este refugio para la crianza de la ballena franca austral, fue posible gracias al trabajo conjunto del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), Fundación Aysén Mira el Mar y la empresa de turismo y expediciones Destino Patagonia.

El investigador explica que la ballena franca austral sólo se encuentra en el hemisferio sur, la mayor parte del tiempo en aguas oceánicas lejanas a la costa. “Sin embargo durante la reproducción se acerca a costa en búsqueda de bahías y sectores protegidos para reproducirse, parir y criar a sus ballenatos antes de partir su migración. Bahía San Quintín es un lugar que no posee población humana ni actividad pesquera o acuícola, por lo que la intervención humana es mínima”, explica el Dr. Olavarría.

“Esta especie prefiere aguas tranquilas, donde las crías recién nacidas mantienen una relación estrecha con sus madres. Durante este período la cría es la única que se alimenta, de la leche materna. Mientras que la hembra ayuna”, detalla.

 

Viajeras especializadas

A nivel mundial, sólo se conocen 4 lugares de reproducción de la ballena franca: islas subantárticas de Nueva Zelanda, sur de Australia, sur de África, costa Argentina (particularmente Peninsula Valdés). “En estos lugares se concentran grandes cantidades de ballenas francas, entre 2.000 a 5000 ejemplares. En cambio, en las costa de Chile, se estima que no hay más de 50 hembras reproductivas y no se conocían hasta ahora lugares donde regularmente vuelvan las ballenas a este periodo importante de su vida”.

¿Desde donde migran para llegar hasta esta recóndita bahía en el extremo sur de Chile? Carlos Olavarría señala que “esto es aún desconocido en el caso de la población chilena de ballenas francas australes”. 

En otros lugares se conoce la migración completa, como por ejemplo en Nueva Zelanda donde usando marcas satelitales se ha visto que las ballenas dejan su área de reproducción y se desplazan hacia aguas al sur de Australia, para después visitar la Antártica y después de un año volver a las mismas áreas de reproducción, en la islas Auckland.

Respecto a la manera en que estos mamíferos marinos se guían para recorrer largas distancias y regresar a los mismos sitios “se ha hipotetizado que pueden utilizar señales del ambiente, como por ejemplo la topografía submarina, temperatura, o el campo magnético de la tierra, entre otros.  Pero todavía son poco conocidos los mecanismos que hacen posible estas sorprendentes migraciones”.