Estudio de CEAZA aportó a la creación de la primera Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos de la región de Tarapacá

El Centro Científico desarrolló una investigación y se entregó un informe al Ministerio del Medio Ambiente donde se analizaba la factibilidad biológica, cultural, social y económica para el posible establecimiento de un Área Marina Protegida en Pisagua.

Recientemente, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad creó la primera Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) de la región de Tarapacá, con 73.500 hectáreas de superficie frente a las costas de Pisagua, que abarca desde Punta Gorda hasta Mejillones del Norte.

En el trabajo previo de esta declaración, participó el Centro Científico CEAZA, con una investigación e informe entregado el 2020 al Ministerio del Medioambiente que tenía como objeto realizar un análisis de la factibilidad biológica, cultural, social y económica para el posible establecimiento de un Área Marina Protegida.

Trabajo multidisciplinario y protección de especies

Esta AMCP-MU, permitirá poner a resguardo varias especies de peces demersales (que habitan en aguas profundas), y también, se verán beneficiados recursos pesqueros como la sardina y los langostinos.

En la investigación de CEAZA participó el biólogo marino de Fundación Océana, Dr. Ignacio Petit, quien explica que el trabajo involucró un equipo multidisciplinario de ingenieros comerciales, sociólogos y biólogos marinos. “La idea era poder abarcar de la mejor forma los puntos de vista económicos y sociales, los conflictos entre la industria y la comunidad, y la compatibilidad con una posible área marina protegida de múltiples usos. Al  mismo tiempo, los biólogos marinos estábamos viendo la compatibilidad y la factibilidad de cursar estas estrategias de conservación en búsqueda de proteger lo más relevante que se encontraba en esa zona”, precisa.

Proteger actividades de bajo impacto

Respecto a los resultados del estudio, se ratificó la factibilidad de la AMCP-MU, relata el Dr. Petit, haciendo hincapié en los múltiples usos, porque un área protegida debe convivir con los usos de bajo impacto y que no lleguen a amenazar los objetos de conservación que se han determinado allí. “Con esto me refiero, principalmente, a actividades culturales de la comunidad: la pesca artesanal, actividades tradicionales que tienen que ocurrir dentro del área y que este tipo de áreas de múltiples usos protege y fomenta, no así la industrialización del área, como la minería submarina o la pesca industrial. Lo que se busca es proteger las actividades de bajo impacto que ocurren en la zona y que están asociadas a las comunidades relacionadas a las áreas marinas protegidas”.

“La aprobación de un área marina protegida, que impulsa un desarrollo sostenible y amigable con el medio ambiente, viene a cambiar un poco la visión que existe en el norte, donde no habían áreas marinas protegidas en toda esa zona, y que está muy poco representada en la red de áreas marinas protegidas del país”, detalla finalmente Petit.

Trabajo con la comunidad aún en pandemia

En tanto, el Director Ejecutivo de CEAZA,  Dr. Carlos Olavarría, quien formó parte de los especialistas que realizó este estudio, destaca el rol del centro científico en materia de asesoría técnica a las personas que toman decisiones. “Nosotros elaboramos un informe de la factibilidad desde varias aristas, no solamente abarcamos lo asociado a biodiversidad, también se incluyó lo cultural, lo social, y en ese sentido creo que fue relevante como uno de los elementos que el Ministerio de Medio Ambiente utilizó para la propuesta del Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos de Pisagua”.

El Dr. Olavarría subraya, finalmente, que el trabajo se realizó durante el año 2020, en plena pandemia, debiéndose tomar todas las medidas necesarias de protección, “porque necesitábamos hacer un trabajo con la comunidad y estábamos preocupados también de no afectarlos. Todos estos procesos finalmente se levantan y validan solamente con la participación real de la comunidad y no todas las personas iban a poder participar si es que lo hacíamos de forma telemática porque no todos contaban con acceso a internet o esta era muy inestable en esa localidad”.